MESTRA MAYÁ MUNIZ: LÍDER INDÍGENA Y GUERRILLERA DE LA EDUCACIÓN

Hoy contaremos la jornada de la líder indígena Maya Muniz, del pueblo Pataxó Hã hã hãe
07/03/2023
por
Mariana Oliveira | Nós, Mulheres das Periferias

La plataforma de comunicación Nós Mulheres da Periferia y la Fundación Rosa Luxemburg Brasil y Paraguay han creado la serie Feminismos, donde podemos conocer la história de mujeres que hacen la diferencia en la acción política en sus territorios. Hoy contaremos la jornada de la líder indígena Maya Muniz, del pueblo Pataxó Hã hã hãe.

 La líder indígena Maya Muniz, del pueblo Pataxó Hã hã hãe.
La líder indígena Maya Muniz, del pueblo Pataxó Hã hã hãe | Crédito: João Pixels

“Nunca dejé de decir que soy educadora, éste es mi camino». Así se presenta Maria José Muniz de Andrade, de origen tupinambá (Pueblo indígena de Brasil). Maestra, comadrona, guardiana de semillas criollas, profesora de saberes tradicionales, líder política y religiosa del Pueblo indígena Pataxó Hã hã hãe, ha hecho de la educación una herramienta en la lucha por los derechos indígenas.

Entre «dificultades y avances», como ella dice, lleva 38 años enseñando en la Reserva Caramuru Catarina Paraguassu, en el municipio de Pau Brasil, al sur del estado de Bahía, donde nació. El acercamiento de Maria a la educación comenzó en la infancia. Su madre, Lucília Muniz, una mujer sábia que cultivaba la conexión de sus hijos con los encantados, fue su primera escuela.

«Era una madre excelente, con una cabeza muy sana». Lo poco que Mayá aprendía de su mayor, lo transmitía a los más pequeños.

Llevar este aprendizaje era esencial para afrontar la serie de retos a los que se enfrentaba su comunidad. A mediados de 1952, los  granjeiros invadieron las 54.107 mil hectáreas del Territorio Indígena Caramuru Catarina Paraguassu y expulsaron a la población. Fue entonces cuando su madre se trasladó a Itaju do Colônia, municipio de Bahía.

Desde niña, la entonces profesora permaneció 40 años lejos de su tierra natal, esperando la posibilidad de regresar. Con el paso de los años, inició una búsqueda de familiares dispersos entre regiones de Bahía y Minas Gerais. Fue una larga trayectoria que exigió escuchar y reescribir lo que había sido destruido.

En 1982, comenzaron los trabajos de rescate de las tierras perdidas. Junto con los caciques y líderes, Mayá participó en 396 retomas de territorio por parte de los pueblos Pataxó Hã Hã Hãe. Durante este proceso, fue necesario enfrentar no sólo a los hacendados, sino también a sus pistoleros y a las formas militares que los protegían.

Fueron 30 años de lucha hasta la reconquista de cada territorio en 2012, cuando se hizo efectiva la demarcación de las tierras. Fue en este camino donde Maya se desarrolló como maestra, líder religiosa y política. Trabajó como maestra durante 12 años en el municipio de Itaju y en otras ciudades de la región, como Itabúna, donde enseñó durante tres años.

Mestra Mayá concedió la entrevista vía internet y recibió a nuestro fotógrafo en el pueblo de Milagrosa, cerca de la ciudad de Pau Brasil, en el sur de Bahía
Mestra Mayá concedió la entrevista vía internet y recibió a nuestro fotógrafo en el pueblo de Milagrosa, cerca de la ciudad de Pau Brasil, en el sur de Bahía | Crédito: João Pixels

Como profesora, dice que sufrió «racismo, mucho racismo». A pesar de que sus alumnos eran indígenas, Mayá se veía obligada a seguir una planificación estándar, que no incluía su historia ni la de mi pueblo. En sus propias palabras: «tuvo que aprender a enseñar en el idioma de los blancos, como ellos querían».

La maestra sólo ganó más libertad cuando empezó a trabajar en su propio pueblo. «Fuera [de su comunidad] los prejuicios eran muy grandes, como lo siguen siendo. Aún hoy hay gente que no valora a los indígenas, no quiere asumir que somos capaces. Y esto aún está lejos de acabarse».

Dos años después fue contratada como profesora por la FUNAI (Fundación Nacional del Indio) y empezó a enseñar «bajo los tocones de los árboles, en las orillas de los ríos, en casas de harina, incluso en corrales». Define su metodología de enseñanza como una «escuela viva», afirmando que ha vivido intercambios diarios con alumnos, mamas, padres y ancianos.

«Donde voy, tengo que poner lo que soy y por qué estoy allí», dice la maestra Mayá.

Actualmente, el horario de enseñanza no es su principal objetivo. Esa misión se la ha transferido a sus antiguos alumnos. Así, la educadora tiene la oportunidad de viajar por otros estados dando conferencias y clases esporádicas en universidades.

«Y hoy, ¿cómo caminamos? Hablando, participando. Intentamos romper este tabú en todos los colegios, institutos, ayuntamientos, cabildos. Estamos aquí, luchando para que este prejuicio, este racismo deje de existir en nuestra nación», afirma.

Cuando la invitan a actos, suele marcar su presencia con rituales del pueblo al que pertenece, lo que demuestra que su trabajo es completamente distinto del de los no indigenas. «Lo hago con mucho cuidado, con mucho cariño. Porque, de todas formas, los indigena también necesitamos conocer un poco de la cultura no indigena».

«Ay de nosotros si no sabemos [aprender la cultura no indigenas]. Aunque sepamos, a algunos nos usurpan y nos tragan», dice Maestra Mayá

Sabia, siendo una mujer que en su comunidad lleva la curación en sus manos, dice ser consciente de que la guerra por un mundo más igualitario está lejos de terminar, pero se niega a abandonar la lucha. «Poco a poco se recorre un largo camino. Lleva mucho tiempo, mucho trabajo, muchas dificultades. Pero estoy haciendo un trabajo de hormiguita para que llegue».

Sus «caminatas», como le gusta decir, son para que más personas conozcan las comunidades tradicionales, como los pueblos indígenas, los quilombolas, los ribereños, los gitanos. «Esta nación está un poco olvidada por los hombres del Kaiambá [que significa dinero en la lengua Pataxó-Hãhãhãe]. Hombres que no quieren reconocer que esta nación existe en el mundo».

En 2022 la editorial Teia dos Povos publicó el libro «A escola da reconquista», una obra que trae el registro de la experiencia de la Maestra Mayá durante la retoma, además de ser una forma de preservar su metodología de enseñanza, la fuerza de su liderazgo religioso y su poder de influencia para los más jóvenes.

Aun hoy mantiene su trabajo en la comunidad de Caramuru Catarina Paraguassu, donde vive, pero se dedica a la orientación de las nuevas generaciones para transformarlas en líderes, como ella.

La educación en la que cree la educadora hace que las personas sean, para «la familia y el mundo», quienes son y quisieran ser. Y a medida que aprenden, enseñan.

A sus 74 años, Maya Muñiz dice tener la energía de una persona de 47. Según ella, esta energía le permite vivir nuevas experiencias «con mucha sabiduría y conciencia».

Además de su compromiso con la educación, como guardiana de las semillas criollas, la maestra Mayá trabaja con la siembra, orientando a los jóvenes que viven en zonas rurales. En esta misión, destaca la importancia de «vivir con la fuerza de los brazos», garantizando una alimentación sana y libre de pesticidas.

De cara al futuro, considera que las acciones en favor de la educación deben realizarse de forma colectiva, para que todo el mundo disponga del mismo nivel educativo. También recomienda que los ciudadanos seamos proactivos en la reivindicación de nuestros intereses, sin esperar a que las actitudes de los gobernantes «caigan del cielo».

Este informe forma parte de la serie «Feminismos», una colaboración entre la plataforma Nós, Mujeres de la Periferia y la Fundación Rosa Luxemburo. Acá puede conocer más.