Evento de inauguración de la oficina de la Fundación Rosa Luxemburgo en Buenos Aires profundiza debate sobre violaciones de derechos humanos y participación de actores alemanes en las dictaduras
Por Francisco Farina y Nadia Fink
Empezó martes, 1º de diciembre, el seminario “Derechos Humanos ayer y hoy – memoria – complicidades – disputas territoriales”, que marca la inauguración de la oficina de la Fundación Rosa Luxemburgo en Buenos Aires, Argentina. El evento acontece en hotel en la Avenida Mayo, 1152, en la región central de la ciudad, y prosigue hoy con participación abierta y gratuita (vea la programación).
Vea abajo un resumen de cómo fue el primer día.
Memoria y derechos humanos. Reflexiones de ida y vuelta entre América Latina y Alemania
Antes de comenzar la exposición, integrantes de la comunidad mapuche Winkul Newen –entre ellos Relmu Ñanku– realizaron un homenaje y reconocimiento a Osvaldo Bayer por su trayectoria y defensa de los pueblos originarios.
El panel contó con la presencia del reconocido Historiador, escritor y periodista argentino Osvaldo Bayer, empezó diciendo: “Voy a hacer un resumen de la crueldad argentina, que es terrible”. Y realizó un breve relato sobre los años de opresión y de dictaduras que atravesaron el país.
Cuando le tocó llegar a la dictadura de 1976, aclaró: “El peor de los crímenes de la historia lo hemos cometido los argentinos y es la desaparición de personas”. Después, leyó un profundo relato sobre Rosa, una beba que parió su madre antes de que la desaparecieran, y así homenajeó a la otra Rosa, Luxemburgo, que da nombre a la Fundación.
Luego tuvo lugar la presentación de Rainer Huhle, del Centro de Derechos Humanos de Núremberg y miembro del Comité contra las desapariciones forzadas de la ONU. El politólogo, especialista en derechos humanos y memoria histórica, centró su exposición en Los procesos de Núremberg (1945/46). Al respecto, contó que “el juicio contra los sriminales de guerra fue parte de una reconversión o ‘reeducación’ de la sociedad alemana”.
Mientras se proyectaban fotografías que retrataban los diferentes momentos del juzgamiento y Rainer relataba los detalles y las repercusiones en la sociedad, trazó un mapa de la memoria, y explicó: “Me importa preservar la memoria de la memoria” en referencia a “no enfriarla en una foto puntual de un momento, sino en cómo se hizo una evolución de esa memoria”.
La relación de las izquierdas con las dictaduras
El segundo panel, “La relación de las izquierdas con las dictaduras” contó con la presencia de Werner Pade, historiador que trabajó en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de Rostock en la República Democrática Alemana y del director del Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas en la Argentina (CEDINCI), Horacio Tarcus, con la coordinación de la historiadora Vera Carnovale.
Werner Pade focalizó su intervención en la relación entre la RDA y la dictadura cívico-militar en América Latina (1976-1983), puntualizando que “Galtieri recibió deseos para el desarrollo exitoso de las relaciones bilaterales por parte de los alemanes orientales” y que “no existía una política latinoamericana de la RDA”.
Horacio Tarcus expuso acerca de las posturas de las izquierdas frente al golpe militar de marzo de 1976 y la naturaleza de la dictadura que se impuso. El historiador, docente e investigador especialista en la historia de las izquierdas y el marxismo, profundizó en las dificultades teóricas y políticas con las que se enfrentó la izquierda para descifrar el golpe que se avecinaba.
Tarcus planteó el interrogante de porqué las organizaciones de izquierda no tuvieron un papel relevante en las luchas de Derechos Humanos. Además de repasar las especificidades de la última dictadura cívico-militar, caracterizó las posturas de las distintas organizaciones y partidos de izquierda frente al gobierno militar.
En las intervenciones del público se profundizó la cuestión de la guerra de Malvinas en 1982. Tarcus dijo que la guerra “puso en un brete a la izquierda, ya que tenía que aceptar un liderazgo de la dictadura genocida en una guerra antiimperialista”. “La RDA se abstuvo en la votación de Naciones Unidas sobre Malvinas”, puntualizó Pade.
Injerencias, impunidad y memoria
Se realizó el panel “Injerencias, impunidad y memoria” con la intención de profundizar la reflexión sobre las herencias y retos en la construcción actual de los derechos humanos y de una política consistente y coherente de memoria; para lo cual se profundizó el análisis de los casos del Plan Cóndor y Colonia Dignidad de Chile.
Las exposiciones estuvieron a cargo de Jair Krischke, consejero del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil; María Stella Cáceres, periodista, educadora, Presidenta de la Fundación Celestina Pérez de Almada y directora del Museo de las Memorias de Asunción y Jan Stehle, miembro del Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica (FDCL). La moderadora del panel fue Luz Palmas Zaldúa, coordinadora del equipo “Memoria, verdad y justicia” del CELS.
Jan Stehle investigó en profundidad y recogió numerosos testimonios sobre el centro de detención Colonia Dignidad, de Chile. Desde su lugar, promueve el levantamiento de un Memorial a las víctimas en el acceso de Colonia Dignidad. En su exposición describió a la Colonia Dignidad como una comunidad sectaria dirigida por el alemán y predicador evangelista Paul Schäfer, donde se desarrolló una organización criminal que cometió crímenes al interior y al exterior de la comunidad”. Explicó que “además, funcionó como un centro de tortura y adiestramiento durante la dictadura militar.
Al respecto, Jan calificó la historia de Colonia Dignidad como una “tragedia de derechos humanos bilateral” que involucra a Chile y Alemania. Actualmente, funciona como un centro turístico y diversos organismos de DD. HH. reclaman la necesidad de que se haga justicia y se repare a las víctimas de los crímenes de las últimas cinco décadas. “Alemania podría haber hecho mucho más por detener el horror muchas décadas antes”, cerró el investigador.
María Stella Cáceres se refirió a la importancia de que se le dé “apoyo a la Campaña contra la impunidad de crímenes de lesa humanidad y genocidio en Paraguay”. En referencia al museo, explicó que “Si bien dictaduras y derechos humanos pueden sonar contradictorios, “la idea es mostrar las múltiples visiones respecto de la época. Es decir, cómo las múltiples memorias coinciden en el mismo tiempo”.
Por su parte, Jair Krischke se expresó sobre el Plan Cóndor y la relación de Brasil. Refirió que para las fechas que se considera su creación es tardía, “bautizaron una criatura que ya existía”. Además, “el próximo 11 de diciembre se cumplen 45 años de la primera operación Cóndor”, especificó. Jair tiene una trayectoria de defensa de militantes políticos, entre las décadas de 1960 y 1980, su labor incluyó la protección a perseguidos políticos por las dictaduras en Latinoamérica. En la actualidad, centra su trabajo en la investigación y la denuncia de las violaciones de los derechos humanos en todo el cono sur. También, explicó que “el aparato represivo brasilero fue el creador del Plan Cóndor”.
Narrativas del presente, reescrituras del pasado
El último panel de la jornada del martes estuvo dedicado a presentar la reedición del libro Argentina originaria, del periodista Darío Aranda, que fue coeditado por la Fundación.
En ese marco, se realizó una entrevista con Relmu Ñamku, integrante de la comunidad mapuche Winkul Newen, quien recientemente fue sobreseída por la justicia de Neuquén de la acusación por tentativa de homicidio, que se había dado en el marco de la defensa del territorio frente al avance de empresas petroleras.
El panel fue coordinado por Marcelo Zelic, vice presidente del Grupo Tortura Nunca Mais de San Pablo; grupo que nació de familiares de víctimas de la Dictadura de 1964, y coordinador del proyecto “Armazén Memoria”, que promueve el acceso público a la memoria histórica a través de las bibliotecas virtuales.
Marcelo inició contando sobre el libro: “Trata sobre la violencia originaria, pero porta la violencia actual (territorios, avance de la soja, grupos económicos poderosos)”. Luego de algunas semejanzas con lo que sucede en Brasil, analizó: “No hay ‘Nunca Más’ mientras no se incluya a los pueblos originarios en el proceso”.
Darío Aranda retomó el tema, y agregó que “ese ‘Nunca Más’ que no existe para los pueblos indígenas se refleja en el acampe Qopiwini a sólo unos metros de acá. Eso es una clara muestra de cómo el gobierno los maltrata, y buena parte de la sociedad”.
Luego fue el turno de presentar a Relmu, y de iniciar una entrevista en vivo que generó una dinámica muy activa. Primero relató su historia: la resistencia de su comunidad al avance sobre el territorio, la acusación, el enjuiciamiento, y cómo fueron tejiendo lazos para lograr que los absolvieran… y contó, desde una mirada de género, “la justicia se ensañó conmigo por ser pobre, india y mujer… esto último porque me acusaron de cargos más altos que a los hombres. Creo que en todos los lugares donde hay luchas las mujeres nos ponemos fuertes, y tenía una carga simbólica judicializarnos”.
Fotos: Daniel Santini y Verena Glass