Por Romina Verrua, Asociación de Amigas y Amigos del Museo de la Memoria*
Rosario Caticha, miembro de la Asociación de Amigas y Amigos del Museo de la Memoria, relata de qué se trata la muestra El Hilo de la Memoria: artesanías y resistencia, tejidos, bordados y cosidos de mujeres latinoamericanas producidos en contextos represivos. Inaugura el próximo 25 de marzo en el Museo de la Memoria
Como profesora de Historia y de Derechos Humanos, Rosario Caticha, aclara que está jubilada pero sigue dictando clases sobre derechos humanos porque es una manera de aportar a la memoria e invitar a la reflexión. Estuvo presa en la cárcel de Punta de Rieles durante la última dictadura militar, desde su lugar como ex presa política participa de la Asociación de Amigas y Amigos del Mume. Desde allí surge la idea de realizar una muestra en la que se compartan objetos producidos por mujeres como modo de resistencia a las violencias y violaciones de derechos humanos. Una historia que aún, sostiene, está invisibilizada en Uruguay, pero que es necesario contar.
¿De qué se trata la muestra El Hilo de la Memoria: artesanías y resistencia que se inaugurará el próximo 25 de marzo en el Mume?
La idea surge en la despedida del año 2015. Nos visitan dos destacados activistas de Derechos Humanos de Nuremberg. Una de ellas es Gabriele Franger-Huhle, Directora del Museo de las Culturas de las Mujeres, nos cuenta que tiene vínculo con una exposición grande de artesanías hechas en Latinoamérica, que se atesora en Alemania. Ahí empezamos a pensar en la posibilidad de traer estas artesanías, hechas por mujeres latinoamericanas como formas de resistencia a la violencia y a las violaciones de derechos humanos. Estos objetos hablan de mujeres que resisten, y nos pareció que podían vincularse a las producciones que hicieron las mujeres uruguayas acá, que resistieron desde las cárceles durante el terrorismo de Estado.
¿Las producciones van a ser de Uruguay y de otros puntos de Latinoamérica?
La muestra que trae Gabriele Franger-Huhle, que ha recorrido el mundo, consta de artesanías de resistencia latinoamericana de Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Perú. Nosotras nos encargamos de los objetos de Uruguay.
¿Cómo diseñaron la muestra de las mujeres uruguayas?
Les pedimos a las entrevistadas que cuenten el contexto de producción del objeto, fundamentalmente, luego pueden explayarse todo lo que quieran para que se sume al acervo del Mume. La muestra va a constar de unas 15 piezas latinoamericanas, y nosotras vamos a poner 30 piezas, algunas en posesión del Museo por donación y otras prestadas. Estarán las identidades de las realizadoras, sus historias y la del objeto.
Trabajamos en un equipo interdisciplinar. Silvia Maresca, Cecilia Pérez, y Noela Fernández, profesoras de historia, realizan el guión de las entrevistas, Laura Alario que realiza la producción audiovisual, saca las fotos a los objetos y hace la filmación de las entrevistas. También están en el equipo Malena Laucero, de la Asociación de Amigas y Amigos del Mume, y Elbio Ferrario, director del Museo y también integrante de la Asociación. Yo participo en la coordinación general del proyecto.
¿Qué generó el proceso de organización de la muestra?
A mi la vida siempre me sorprende. Yo soy ex presa política, una tiende a interpretar el mundo de la cárcel a partir de lo que fue para vos. Pero la realidad es mucho más rica que tu propia persona. Entonces cuando preguntamos por qué se hicieron estos objetos, en realidad se hicieron por muchas más razones de las que yo me imaginaba. Para mi eran objetos de una producción netamente de resistencia, de comunicación, de decir “el mundo carcelario no se acaba acá”, de “a partir de esto yo puedo salir de la cárcel”. Pero no, hay otras razones también: matar el tiempo, pasar el tiempo, querer ser un artista y entonces hacer un objeto hermoso, hay muchas más cosas de lo que pensé que iban a contestar.
AUDIO: Sobre la represión militar hacia las mujeres
Qué enriquecedor iniciar un proyecto en el que una piensa que tiene todas las respuestas, y en el andar se da cuenta que no es tan así, que hay todo un mundo detrás que no se imaginaba.
Claro. O sea, yo no comparto la experiencia de mujeres de Chile, de Colombia, de Bolivia. Estas son mujeres que han sufrido la desaparición de sus hijos, de sus esposos, de sus hermanos. Entonces responden denunciando a través de tapices, en los que se muestra la represión. La forma que tienen de resistir y de denunciar al mundo es produciendo este tipo de objetos que denuncian y se venden en el mundo. Muestran: “a mi me violaron mis derechos”, “mataron a mi marido, desaparecieron a mi hijo, violaron a las mujeres del pueblo”. Acá, en cambio, es totalmente diferente.
“En realidad, ese mundo carcelario de la producción artesanal, fundamentalmente de Punta Rieles pero de todos los lugares de detención de mujeres que hubo durante la dictadura, era un mundo totalmente censurado. El mensaje tenía que salir a través de una complicidad entre el afuera y el adentro, sin que la censura pueda ver lo que estás diciendo. Por eso son tan importantes las entrevistas, porque una ve los objetos y dice “¿esto es resistencia de mujeres?”
Sí, es resistencia, es una mujer que le hace a su hijo un bolsillero. Entonces cada 10 días, cada 7 días, cada 15 días, tiene la obligación de sacar algo afuera, para lograr trascender ese mundo en el cual va a estar 8 o 10 años, y su hijo o hija va a crecer afuera y solo va a tener contacto en una visita censurada. Por eso el contexto de producción, que se trasmite con la entrevista, es tan importante.
¿Por qué en marzo? ¿Tiene alguna relación con el Día de la Mujer Trabajadora? ¿Con el Paro Internacional del 8M?
Pensamos que podía ser un buen momento, ya que estábamos organizando una exposición vinculada directamente a resistencia de mujeres en contextos de prisión o en contexto de represión, pensamos tenía que ser en marzo. No el 8 porque en esa fecha cada una iba a estar en otras celebraciones, pero sí nos parecía importante que fuera en marzo. No tiene que ver con el Paro Internacional porque esto se empezó a gestar mucho antes.
¿Qué especificidades o particularidades hay desde una mirada de mujeres a la hora de pensar en Memoria, vinculada a la violación de derechos humanos de la época de la dictadura militar?
Para todas nosotras, mujeres ex presas políticas, este es un largo proceso. Si tu miras cuando salieron los últimos presos políticos en 1985, vas a ver una presencia marcadamente masculina. Incluso si paseás por el Mume vas a ver que la mayoría de los objetos son producciones de hombres. Esto podría indicar varias cosas: que las mujeres eran menos, que tenían menor capacidad; y no es así, es que esto forma parte de un proceso de invisibilización a través de la historia. A lo largo de la historia las mujeres han sido tradicionalmente invisibilizadas por una estructura patriarcal, la realidad de la dictadura no escapa eso.
En mis clases de derechos humanos yo hago un ejercicio, les pregunto: ¿ustedes saben que hubo rehenes? La mitad de la clase dice que sí, la otra mitad dice que no. Cuando les pregunto si saben que hubo mujeres rehenes, nadie lo sabe. ¿Por qué si las sacaron primero del penal de Punta Rieles? ¿Por qué si fueron en número tan importantes como los hombres, por qué no se sabe? ¿Por qué no están en la conferencia de prensa después que salen los ex presos políticos? ¿Por qué el Mume no expone, hay una pretensión del Mume de invisibilizar a esas mujeres? No, no es eso, pero sin embargo la realidad te está diciendo que hay una marcada diferencia.
“Ni siquiera tenemos los uniformes originales, tu ves colgados los uniformes de los hombres y los de las mujeres hubo que hacerlos con una modista, y dicen: “esto es una reproducción, no es el original”. ¿Por que? Esto no escapa a la historia de las mujeres en el Uruguay.”
¿Cuándo empieza su lucha por tratar de hacerse visibles?
Más o menos por los años 90. La Ley de Caducidad y el Voto Verde tuvo mucho que ver con un aplastamiento de la Memoria, una tristeza, una loza que se puso arriba de la gente y remontar eso fue muy difícil. En un contexto en que las cosas se empiezan a mover por los ´90, las ex presas deciden reunirse, y fue ahí donde surge ese movimiento de recuperación.
“La consigna, en aquel momento que nos encontramos más de 400 mujeres, en un encuentro organizado boca a boca, espontáneamente llamado, fue porque fuimos y somos parte de esta historia, como diciendo ya basta de invisibilización.”
Si tu lees por ejemplo las memorias que se escriben hasta ese momento, son memorias masculinas. Algunas maravillosas excepciones, uno o dos libros, pero sino no hay memoria femenina, no hay memoria de género ¿por qué? Porque así es la sociedad, la sociedad uruguaya, la latinoamericana, la invisibilización de las mujeres forma parte de esa historia. Nosotras queremos romper con eso. No somos más ni menos. Esto creo que tiene que quedar bien claro cuando dicen “¿por qué solo memoria de mujeres?”, no es que estemos diciendo “los hombres no”, estamos diciendo “también las mujeres”.
AUDIO: Sobre el encuentro de mujeres en los 90
También la represión, también los militares, tuvieron una represión de género. En el Penal de Punta de Rieles no había las mismas herramientas o la misma autonomía que tuvieron los hombres. Los hombres del Penal de Libertad se organizaban, tenían máquinas, tenían objetos para producir, tenían cierta autonomía que no le dieron a las mujeres del Penal. Las explicaciones pueden ser muchas, no quiero explayarme aquí, pero de alguna manera
los militares también discriminaron en género: porque eran militares, porque eran hombres, pero también porque entendían que las mujeres eran inferiores, y que tenían un rol que habían transgredido, entonces eran doblemente transgresoras. Cuando las madres pedían para ver a sus hijos les decían: “pero bueno, si hubieras estado lavando los platos en tu casa esto no te hubiera pasado”.
No solamente eran subversivas, sino que también eran mujeres ¿Qué hacía una mujer protestando contra la dictadura o luchando por reivindicaciones sociales? Tenemos que ver la producción carcelaria de forma transversal.
La inauguración de la muestra será el sábado 25 de marzo, 18 hs, en el Museo de la Memoria. A las 19 hs se dará comienzo a un Foro Debate, con la participación de la Directora del Museo de las Culturas de las Mujeres, Dra. Gabriele Franger-Huhle.
18:00 hs. Inauguración de la exposición “EL HILO DE LA MEMORIA” Tejidos, bordados y cosidos. Quince obras del Museo de las Culturas de las Mujeres – Alemania (Chilenas, Peruanas y Mexicanas) y treinta obras de mujeres uruguayas ex presas políticas. La muestra está apoyada por la Fundación Rosa Luxemburgo.
19:00 hs. Foro debate “EL HILO DE LA MEMORIA” , con la participación de la Directora del Museo de las Culturas de las Mujeres, Dra. Gabriele Franger-Huhle.
Museo de la Memoria
Abierto: Lunes a Sábados de 12:00 a 18:00 hs | Av. de las Instrucciones 1057 esq. Bvar. José Batlle y Ordoñez, Montevideo, Uruguay. Tel. (+598) 2355 58 91