Neon Cunha es una mujer negra amerindia trans de 51 años que vive en Brasil “con todos los marcadores, dolores, alegrías y desafíos de hacerse grande en un lugar que exige ser pequeña para ocupar espacios y existencias, en un mundo que no fue hecho para ti”. Hablar de sí misma, de los dolores, de las violencias sufridas dentro y fuera del hogar, para Neon no está hecho para sensibilizar, sino para que tales prácticas, amenazas e intolerancias no se repitan.
Neon se hizo emblemática, al transformar en lucha pública y política su reivindicación por el cambio de nombre en sus documentos. Fue la primera persona trans en que se le cambió el nombre en los documentos, sin presentar un informe médico que sugestionase la transgeneridad como un trastorno psiquiátrico. A lo largo de 2016, Neon hizo pública esa lucha, afirmando que no cambiar su nombre sería una muerte asistida por el Estado. Al contrario de las sentencias firmadas hasta 2016, se aceptó el proceso de Neon, utilizando la Constitución de Brasil de 1988: “el derecho al autorreconocimiento. Es importante que las personas observen que la neutralidad del Derecho no existe. Lo que existe es una interpretación basada en privilegios”.
Para Neon, es urgente que, en vista de la discusión sobre la transexualidad, es necesario y urgente discutir la heteroafectividad y no solo la homoafectividad. “Porque nosotras, las mujeres trans, somos vistas como heterosexuales en la mayor parte del tiempo. La validación del género todavía pasa por el tamiz del macho”. En una sociedad falocéntrica, cisgenerizada y con comportamientos misóginos naturalizados, para Neon, “desgenitalizar es expandir la afectividad”. Todo el problema de la hipersexualidad es la idea de lo genital. El cuerpo es un instrumento de género y eso es todo. Este campo afectivo es un lugar de disputa para las mujeres. El privilegio cis viene de la genitalización”.
Tener un nombre es símbolo de lucha y búsqueda por la experiencia de libertad. Neon critica las tendencias a convertir la condición transgénero en algo más grande que la existencia: “no se ve ningún otro feminismo que comience con la condición como transfeminismo”. Para la publicista y activista, tal tendencia imposibilita discutir la producción de políticas públicas, al condicionar la pertenencia a un proceso científico masculino. “¿A quién pertenece este cuerpo? Necesito el feminismo para posicionar mi existencia y la disputa sobre las políticas públicas. La búsqueda del cuerpo es una lucha para todas: mujeres trans y cis”.
“No soy transfeminista. Ya no puedo encontrar apenas una condición para mi existencia. El tema racial se ha vuelto mucho más fuerte para mi existencia. Esto me hace ver el mundo de una manera distinta”. Neon destaca que, en esta búsqueda por el cuerpo, que también se puede comprender como la búsqueda por el derecho a existir, el feminismo negro sirve como espacio de acogida, apoyo y fuerza. Según la activista, es en el feminismo negro donde el capacitismo, el sexismo, el cis-sexismo tendrán otras dimensiones y profundidades.
Para ella, “el feminismo negro es el lugar de la afectividad asertiva. Marielle hablaba muy bien de esto. Cuando se piensa en el feminismo negro que rescata la ancestralidad, que está discutiendo la religiosidad principalmente en el campo de la matriz africana, incluso con el avance de las iglesias neopentecostales en Brasil. En el campo de la afectividad estamos asumiendo responsabilidades. Es diferente a este rol utilitario”, yendo más allá del tema de la inclusión y de las políticas de gobierno, pero convirtiéndose en un espacio de afecto y sanación, por lo que urge discutir la Salud Integral de la Población Trans Negra, dice.
“La mayor contribución de las personas trans para los feminismos es decir que no necesitan estar encerradas en un proceso. Podemos comenzar uno y seguir construyendo. Me gustaría cambiar la Teoría Queer por la Teoría Bicha, que es quién no está performando la heteronormatividad cis. La Teoría Bicha es la mutación. Soy bichérrima. ¡Seamos más bichas”! Para Neon, la Teoría Bicha entiende que no existe un “espacio de disputa”, ya que este es un espacio de construcción continua alcanzado por la interseccionalidad.
En 2020, se registraron 175 asesinatos de personas trans en Brasil, un 41% más que en 2019. Estos números, durante años, han puesto a Brasil en el ranking del país que más mata personas trans en el mundo. Por otro lado, es el país que más consume producciones pornográficas trans y “probablemente, el país con mayor población en prostitución”. Haciendo de Brasil un lugar inconsistente e incoherente cuando el tema es la libertad y el deseo.
“No lo veo como una contradicción, lo veo como un deseo. Somos el país que le dio un nuevo significado a los códigos de la transvestilidad, una reivindicación incluso académica en el pensamiento travesti que está en la agenda. Elegir a las personas trans, en mi opinión, es el proceso natural porque la gran mayoría de las elegidas es negra. Así como muchos consideran la prostitución como uno de los lugares más podridos de la sociedad, nuestra política es uno de los lugares más podridos y nuestras mujeres están en ese lugar de enfrentamiento”.
Según Neon, la construcción de una red de solidaridad latinoamericana se producirá cuando asumamos la responsabilidad de reconocer a los amerindios y disipar las fronteras, “pensando la frontera como un proceso no material, pero ideológico”. Para crear redes, necesitamos superar la barrera del idioma, esa barrera intelectual. Y ese será nuestro rol como mujeres negras, feministas o no: incluir la cuestión educativa. Porque ya no se puede ser como está”.
Es en la educación, por medio de los nuevos paradigmas educativos, donde se podrá emprender y estructurar la contracolonialidad. “Somos fruto de la colonización. En realidad, somos frutas. Y vamos a fructificar contra el colonialismo y es por medio de la educación. Es necesario observar y tensionar para que el descolonial repiense el capitalismo. Brasil necesita asumir este lugar contracolonial y abandonar la lógica e intención de ser otro Estados Unidos. Nuestra colonización no pasa por eso”.
“Brasil sigue siendo colonial. Somos el efecto de esta colonización tardía y en curso. Hablamos el idioma del colonizador. Nuestra aculturación es colonial. Necesitamos buscar lo decolonial, ya que no descolonizamos mucho. La decolonialidad (re)construye perspectivas dentro del sistema colonial, eso es lo que necesitamos”.
“Necesitamos preguntarnos: ¿qué están haciendo las personas cis por las personas trans? Afectividad tiene mucho más que ver con lo que estoy dispuesta a ofrecer de lo que estoy dispuesta a recibir. El destino del río es convertirse en mar”, concluye Neon Cunha.
*Bicha: término utilizado durante mucho tiempo de forma peyorativa para referirse a hombres homosexuales que performatizaban una feminidad. Las generaciones más jóvenes se apropiaron de la palabra y le dieron un nuevo significado para que sea una expresión de orgullo para quien es homosexual. En el caso de las mujeres, hubo algo parecido con la palabra sapatão.
